jueves, 26 de febrero de 2015

Rajoy continua en su wonderland

Rajoy y el PP continúan en su particular wonderland (país de las maravillas). Ellos y los suyos, los poderosos viven en un mundo de leche y miel mientras que el común de los mortales paga para que ellos lo puedan disfrutar.

El debate del estado de la nación ha sido un más de lo mismo, esperemos que sea el último de Rajoy. El presidente del Gobierno nos pretende hacer creer que gracias a él se ha producido el milagro económico y que España ya no tiene nada que ver con la crisis económica. Toda su argumentación se sustenta en los datos macroeconómicos de nuestra economía. Pretender convencernos de que la vida de los ciudadanos de a pie ha mejorado, porque esos datos hayan mejorado en el último año, es tan solo una mentira más de Rajoy, un intento de utilizar electoralmente unos datos para su propio beneficio. Porque mientras la microeconomía no se levante, mientras el estado del bienestar no vuelva a niveles pasados, no se puede empezar a hablar de dar por resueltos los problemas de la mayoría de la ciudadanía.

Rajoy da como un gran triunfo el haber evitado el rescate de España. Y de nuevo nos vuelve a mentir. Que a estas alturas de la crisis nos vuelva a pretender convencer de que no ha habido un rescate, es una ofensa a la inteligencia de la ciudadanía. Si no ha habido rescate ¿quienes mienten? ¿toda la empresa extranjera y la nacional que lo llevó a sus portadas?  Si no ha habido rescate ¿que sentido tenía hacer caso a las recetas impuestas por la troika y el FMI? Si no ha habido rescate que pintaban en España "los hombres de negro de la troika y el FMI" que de vez en cuando nos visitaba? Cuando todo el mundo sabía que su objetivo era ver el nivel de cumplimiento de esas recetas.

Una cosa si que ha cambiado desde el debate del estado de la nación de 2014. Rajoy tienen el miedo metido en el cuerpo. Miedo a que este sea de verdad su último debate como presidente de Gobierno. Porque hoy la situación política no es ya la del 2011. Hoy el bipartidismo está echo trozos, la ciudadanía empieza a despertar de su letargo y miran hacia otras formaciones políticas. Es el resultado de la política de mentiras y de recortes económicos, políticos, sociales y civiles llevada a cabo por el Partido Popular y por la escandalosa corrupcion que le rodea. Hoy el bipartidismo está muerto y las posibilidades electorales del PP, por suerte, son cada día menores.

Todo eso es lo que ha hecho salir a la luz al Rajoy más profundo y reaccionario. Un Rajoy que como respuesta a las criticas de su gestión, por parte de los portavoces de los grupos parlamentarios, se ha comportado con tintes fascistoides, amenazante, insultante, descalificando a sus oponentes y llegando a decirle a Pedro Sánchez "usted no vuelva por aquí". Como si el parlamento fuera suyo, como si lo hubiera conseguido a punta de pistola, como si en lugar de ser el presidente del gobierno de un país democrático fuera el dictador de cualquier república bananera.

Y como tiene miedo, Rajoy se ha atrevido a decir que es hora de reparar a los ciudadanos por los sacrificios llevados a cabo desde que empezó la crisis económica. Y con dinero publico pretende iniciar su campaña electoral. Y ha hecho promesas grandilocuentes que después habrá que ver en que queda en la letra pequeña de los decretos. Ahora viene a prometer los antaño criticados cheques bebes, insiste en las rebajas de las cotizaciones por empleo (aunque sea a costa de descapitalizar la caja de la Seguridad Social), y su ministro de Sanidad prometa ahora 700 millones de euros para la hepatitis C, pero a partir de abril para que se recuerde bien en la elecciones municipales y autonómicas. Para rematar se saca de la chistera el cuento de los 3 millones de empleos, que con la contrarreforma laboral, en todo caso, serán del mismo tipo que los 400.000 de 2014. Posiblemente, si es que se crean, lo que se hará es transformar empleo fijo, a tiempo completo y con derechos, en empleo temporal a tiempo parcial y precario. Es decir, despedir a trabajadores con empleo de calidad y transformar cada uno de esos empleos en varios con carácter precario y a tiempo parcial. En definitiva incrementar el precariado, trabajadores con empleo pero por debajo del umbral de la pobreza.

Pero Rajoy con sus propuesta no ha hacho más que, explícitamente, reconoce el fracaso de las políticas impuestas por su gobierno. Lo que ayer se negaba hoy se acepta a regañadientes (incluso hasta una pequeña dación en pago y una hipotética ley de segunda oportunidad). Todo para intentar hacer cambiar, en la recta final hacia los procesos electorales, la manchada y deteriorada imagen de él y su partido

No estamos en wonderland, al menos la ciudadanía de a pie. Estamos en una sociedad con más desigualdad social, con más pobreza, con más exclusión social, con menos solidaridad, con más discriminaciones, con menos libertad, con menos derechos civiles y eso no es wonderland, eso es el culo de Europa y eso es en lo que, Mariano Rajoy y el Partido Popular, han convertido España durante estos tres últimos años. Pero ahora llega la hora de la ciudadanía de a pie, porque vamos a tener la oportunidad de tomarnos la revancha y por eso Rajoy tiene el miedo metido en el cuerpo.

Salud, República y Socialismo.

1 comentario:

Antonio Rodriguez dijo...

Somos un pueblo de incultos políticos y como en general el único medio de información que se usa es la TV, nos creemos las mentiras de los políticos sin escrúpulos que piensan que todo vale para mantenerse o conseguir el poder.
Saludos.

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