martes, 15 de octubre de 2013

Se adelantan la rebajas,... de impuestos

No esperan siquiera a que acabe lo peor de la crisis económica. Antes de eso empiezan a hacer populismo, a crear falsas expectativas en los ciudadanos más necesitados con demagógicas bajadas de impuestos.

La Comunidad de Galicia se ha unido a las de Madrid, Extremadura y Valencia, gobernadas todas por el Partido Popular,  a la carrera de la bajada de impuesto. Una bajada de impuestos que solo tiene un carácter simbólico y que a la larga tendrán efectos contraproducentes para los ciudadanos de a pie. Pero además en muchos casos esas tímidas bajadas de impuestos directos son compensadas largamente con subidas de impuestos indirectos que perjudican más a las economías más desfavorecidos.

impuestos En Galicia, el Presidente Feijóo ha anunciado una bajada del IRPF autonómico desde 12 al 11,5%, lo que ahorrará a los contribuyentes unos 45 euros al año. Pero mientras baja un impuesto directo, a la vez incrementa otro indirecto como el conocido como "el céntimo sanitario". Un impuesto a los carburantes que pasará desde  los 3,6 céntimos para el gasóleo y de 2,4 para la gasolina a los 4,8 céntimos para todos los carburantes. Se calcula que con la rebaja del IRPF se dejarán de ingresar unos 30 millones de € y el incremento del céntimo sanitario supondrá unos ingresos extras de 53 millones. ¿quien gana? La Hacienda gallega.

En Extremadura, Monago ha comprometido una rebaja del IRPF autonómico que supondrá un ahorro de 23 € al año por contribuyente.

En la Comunidad Valenciana, a pesar de ser una de las que tiene uno de los mayores déficit, su Presidente, Alberto Fabra, ha comprometido, sin cuantificar, una rebaja del tramo autonómico del IRPF, mientras incrementa otros impuestos indirectos.

Por su parte en Madrid, Ignacio González ha prometido para 2014 una rebaja de un punto en el tramo autonómico del IRPF.

Estas bajadas de impuestos no tienen la menor incidencia en el bolsillo de los afectados pero tendrán efectos contraproducentes entre los contribuyentes, a la  vez que tienen un efecto perverso. El Partido Popular ha justificado los recortes sociales con el argumento de que no es posible gastar mas de lo que se ingresa. Por eso los ataques al estado del bienestar estaban justificados para conseguir la estabilidad fiscal. El P.P. ante la situación de déficit se ha negado permanentemente a incidir sobre los ingresos y ha basado toda su acción, frente a la crisis, en la reducción del gasto.

Las bajadas de impuestos directos, como el IRPF, tienen el efecto perverso de justificar futuros recortes por la necesidad de ajustar los gastos a los ingresos. Pero además estas bajadas de impuestos directos son casi siempre compensadas con un incremento de los impuestos indirectos, que afectan de manera mas grave a las economías mas débiles. Es un círculo vicioso, se recortan los gastos sociales para ajustar ingresos y gastos y luego se bajan los impuestos directos, que disminuirán los ingresos, que pueden justificar nuevos recortes sociales.

Por eso la derecha, el Partido Popular, se muestra firmemente partidaria de  bajar los impuestos directos, que pueden significar redistribución de la riqueza, y subir los impuestos indirectos, que implican injusticia social. Y siempre habrá incautos que aplaudirán las  bajadas del IRPF, que siempre que se han llevado a cabo han beneficiado en mayor medida a las rentas más elevadas. No ase dan cuenta de que reduciendo los ingresos lo único que se consigue son recortes sociales y peores servicios públicos, que perjudican directamente también a esos incautos que aplauden las bajadas de impuestos.

No es ese el camino a seguir. Los impuestos, sobre todo los directos, son necesarios para poder tener acceso a buenos servicios educativos, sanitarios, dependencia, pensiones dignas y servicios sociales adecuados, en resumen un alto nivel del estado del bienestar. Por eso los países que cuentan con una fuerte imposición fiscal directa, son lo que pueden mantener un estado del bienestar mas elevado. Lo que necesita este país no es una bajada simbólica y demagógica del IRPF, si no una profunda reforma fiscal que incremente la imposición fiscal y haga que quienes más rentas tengan contribuyan mucho mas a las arcas del estado, contribuyendo de esta manera a la redistribución de la riqueza y al mantenimiento de una estado del bienestar equiparable al de los países más avanzados socialmente.

Salud, República y Socialismo.

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