jueves, 3 de octubre de 2013

No nos merecemos un presidente tan tonto

Los españoles sufrimos doblemente la crisis económica, primero  porque tenemos que soportar los duros recortes que, con la excusa de la crisis económica, nos impone el Partido Popular y segundo porque tenemos que soportar las estupideces del qué seguramente será el presidente mas tonto de la historia democrática de España.

Rajoy, que le teme a la prensa mas que aun nublado, en  las pocas ocasiones que se somete a su control, en el extranjero por supuesto, no deja de avergonzar a la ciudadanía por la estupideces que salen por su boca.

En su entrevista, durante su pase por la ONU, en la cadena de televisión Bloomber, se le pilló en un gran desliz cuando soltó la fracesita "hay cosas que no se pueden demostrar" para intentar justificar que el P.P. no se ha financiado ilegalmente, con lo cual explícitamente estaba reconociendo esa financiación.

rajoyFukushima Pero es en su visita a Japón donde esta soltando las mejores perlas. Primero sacando pecho porque el paro solo había crecido en septiembre en 25.000 nuevos parados. El menor crecimiento en los últimos años reconocía, sacando pecho. ¡Faltaría mas! Si cada vez queda menos empleo que destruir. Si al inicio de la crisis había más de 20 millones de trabajadores en activo, era lógico que se destruyera más empleo en septiembre de 2008 que en septiembre de 2013 cuando hay escasamente 16 millones de trabajadores en activo.

Segunda tontería, Rajoy se presenta ante los inversores japoneses con el orgullo de ofrecerles una España con salarios de miseria donde poder invertir. Todo ello gracias a su reforma laboral. Por fin reconoce que el objetivo no era la creación de empleo si no la reducción de los salarios. El problema es que es de vergüenza ajena que un presidente de un país se presente ante otro con el orgullo de haber devaluado las condiciones de vida de sus conciudadanos y mandar a la miseria a millones de ellos, para ver si así los que tienen dinero se animan a arriesgarlo en nuestro país.

Y por último lo de Fukushima. No se puede ser más tonto ni más baboso. Decir que "el temor sobre Fukushima es infundado e injusto" mientras se está reconociendo una nueva fuga radiactiva de la centra nuclear, no tiene nombre. Seguro que ese argumento se lo ha facilitado su primo, como el del cambio climático. Pero él se ha quedado en la zona solo una ratito, no vaya a ser que un electrón radiactivo le atraviese su neurona y le deje inservible de por vida.

Si tan seguro estaba de la información de su primo, debería haber hecho como Fraga en Palomares, bañarse en la costa frente a la centra nuclear de Fukushima, para demostrar en sus propias carnes la inexistencia de radiactividad. Pero no, el salió corriendo de Fukushima huyendo del agua como los gatos.

Lo dicho los españoles de bien no nos merecemos un  presidente tan tonto. Esperemos que la crisis que tantos empleos se ha llevado se lleve también al que pasará a la historia como el presidente más tonto de la democracia española.

Salud, República y Socialismo.

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