El gobierno del Partido popular no solo sigue sin condenar el franquismo, si no que se dedica a avalar la persecución de la bandera republicana.
Porque eso es lo que ha hecho el gobierno ante una pregunta del diputado valenciano de IU, Ricardo Sixto. El diputado de IU preguntaba al gobierno su opinión por la expulsión de un ciudadano que enarboló una bandera republicana al inicio de un partido de balonmano entre las selecciones de España y Serbia que se disputó en el pabellón Príncipe Felipe, de Zaragoza, el pasado 21 de enero.
El gobierno del P.P. considera que enarbolar una bandera republicana en un estadio no es un acto de libertad de expresión e ideológica, si no un acto que puede incitar a la violencia y constituir "una alteración de orden público en la grada". Y lo justifica porque ante el acto de enarbolar la bandera republicana, unos energúmenos no pudieron soportarlo y agredieron al ciudadano que enarboló la bandera. Pero no fueron los violentos los que fueron expulsado del estadio, si no el pacifico ciudadano que enarbolaba la bandera.
Se agarran a un clavo ardiendo para justificar sus desmanes contra la libertad de expresión e ideológica. En concreto hace referencia a la Ley contra la Violencia en el Deporte que prohíbe la exhibición "de
pancartas, banderas, símbolos u otras señales que inciten a la violencia
o al terrorismo o que incluyan mensajes de carácter racista, xenófobo o
intolerante". "Manda guevos", como diría Trillo. La bandera que representa a un periodo democrático y constitucional de la España reciente incita a la violencia, pero la bandera con el aguilucho de la España franquista, la España de la dictadura, la España del terror y el asesinato, ni incita ni recuerda a la violencia ejercida de manera ilegal contra millones de españoles.
Se les nota la nostalgia a estos dirigentes del P.P. con respecto a la noche oscura del franquismo y por eso no pierden ocasión para reprimir todo aquello que representa la lucha contra una dictadura criminal que muchos de ellos todavía añoran. Porque no es la primera vez que esto ocurre ni tampoco se circunscribe a este símbolo democrático. La estelada catalana también está en el punto de mira de sus iras, porque según el P.P. también la bandera esterada incita a la violencia. Y justifica su confiscación en las puerta de los estadios y espectáculos público para evitar "reacciones adversas" en sectores de aficionados. Lo mismo, lo violentos son los que exhiben unos símbolos que no les gusta al P.P. No aquellos que agreden a los que portan esos símbolos ejerciendo su derecho constitucional a la libertad de expresión e ideológica.
Pues nada habrá que sacar muchas más bandera republicanas a la calle hasta que se acostumbren a pensar que el futuro es republicano y monárquico.
Salud, República y Socialismo.
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