domingo, 24 de marzo de 2013

No es suficiente con predicar

Este papa que tiene un pasado dudoso y que pretende dar una nueva imagen de la iglesia católica nos ha lanzado el mensaje de que le gustaría que la iglesia fuera pobre.

Pero como la mujer del Cesar, no solo hay que ser decente sino que además hay que demostrarlo. Y cuando el paoa Francisco dice que quiere una iglesia pobre y para los pobres, de momento se queda solo en una predica.

duerme-arcos-Plaza-San-Pedro Digo esto porque de momento la realidad oscurece los deseos. Mientras que cerca de la ciudad del Vaticano miles y miles de ciudadanos italianos padecen necesidades por la crisis económica, la iglesia católica hace el gran esfuerzo de mantener un comedor social para 58 personas. No parece que haya una relación mínimamente racional entre la inmensa riqueza que tiene la iglesia católica y el esfuerzo que, hasta estos momentos, hace para mitigar los sufrimientos de los más desfavorecidos.

Esto es lo que entendió el papa Juan Pablo II como suficiente, en 1988, para arreglar las desigualdades del  mundo. Desde entonces nada ha cambiado. No ha cambiado nada en la actitud de la iglesia católica, el papa Benedicto XVI no alteró el estatus de la beneficencia vaticana. Aunque lo que si ha cambiado en el mundo es la situación de pobreza de la ciudadanía. La crisis económica, de la que son responsables los más poderosos, ha llevado a  la miseria a millones de ciudadanos de la Unión Europea y el mundo, pero la iglesia católica al parecer no se ha enterado, porque pretende arreglar las desigualdades como si nada hubiera cambiado.

Mucho trabajo le queda por hacer al papa Francisco si de verdad se cree sus palabras. La iglesia católica puede, tiene ingentes riquezas. Y si se tratar de gestos, puede empezar por la jerarquía eclesiástica, que no  vive precisamente en la modestia si no en la opulencia. Solo hay que tener en cuenta que cada vestimenta de una cardenal cuesta la friolera cifra de 6.000 euros. De nada sirve esa pretendida imagen de cercanía, esa palabrería de iglesia de los pobres, si luego nada cambia en la práctica ancestral de la iglesia católica.

Salud, República y Socialismo

1 comentario:

RGAlmazán dijo...

No creo en ningún jerarca de esta Iglesia insolidaria y terrenal. Sin embargo, es verdad que no es lo mismo Juan XXIII que Juan Pablo II. TAmbién hay grados, aunque los dogmas sean los que mandan.

Salud y República

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